Blog de Carlos J. García

VOX frente al golpe de estado mundial

El título de este artículo merece una aclaración de principio. No hay un estado mundial tal como entendemos los estados nacionales, pero sí hay un golpe político mundial en marcha cuyo fin es acabar con los estados nacionales y terminar imponiendo un único estado en el mundo. Se trata, por tanto, de un proceso internacional de instalación de un único poder mundial sobre el conjunto de la población. En el fondo esa ha sido, desde siempre, la ambición de toda tiranía, ya fuera de índole capitalista, comunista o nacionalsocialista.

Dicho proceso implica que una parte de la población mundial, que actualmente está bajo la legislación de sus correspondientes estados nacionales, traicione a los mismos y opere para su supresión hasta poner al conjunto de sus respectivas poblaciones en subordinación a un único poder mundial.

Actualmente la mayor parte del dinero que hay en el mundo lo tiene en su poder una minoría de la población, tan pequeña que cabría en una pequeña isla paradisíaca del Pacífico. Esa concentración del dinero es una aglutinación de poder en pocas manos que son las que aspiran a su monopolio.

La promesa de un mundo sin fronteras para una población a la que alguien protegerá sus derechos humanos, mucho mejor de lo que son capaces de hacerlo las actuales naciones, es la clave de una mentira de tamaño universal que no es más que una ideología al servicio de la destrucción de la naturaleza real del ser humano.

Esa mentira es una ideología a la que ellos denominan humanismo planetario que han ido fabricando a lo largo de todo el siglo XX a partir de las que sus ancestros consiguieron imponer en los tres o cuatro siglos precedentes en etapas denominadas de forma rimbombante con nombres como, por ejemplo, Renacimiento o Ilustración, todos ellos muy humanistas.

El instrumento político para llevar a cabo su plan es el que llaman “democracia”, si bien, desvirtuando con dicho término lo que tradicionalmente ha significado. El control de la opinión pública por medio de las grandes corporaciones y agencias que están a sueldo del monopolio, así como el del adoctrinamiento mediante la educación en las escuelas, parece dejar muy poco espacio para que el ciudadano haga uso de su libre albedrío en materia política.

Quienes conforman el monopolio es gente muy ilustrada que afirma en sus declaraciones institucionales que procuran dar guía en una época que necesita dirección, y, obviamente, ellos son los que guían a toda una época, lo cual, como se puede apreciar remite a una democracia extraordinaria.

Además, su tenacidad es evidente. Afirman que Todo es cuestión de no detenerse hasta haber logrado metas globales y mundos compartidos, pero hablan de sus metas, no de las metas de los demás.

Y sus metas consisten en lo siguiente: Nosotros sostenemos un conjunto de principios comunes que pueden servir como la base para una acción unida – principios positivos importantes para la actual condición humana. Son un diseño para una sociedad secular a escala planetaria. Pues sí, se trata de un proyecto de ingeniería humana a escala planetaria elaborado con ética: una ética autónoma y circunstancial.[i]

Esta ideología que como sus divulgadores afirman hunde sus raíces en el Renacimiento, La Revolución científica del mundo moderno, la Ilustración, etc., tiene el sentido revolucionario que le aportan todos los hitos de las mismas, si bien acrecentado mediante la agregación de la Revolución tecnológica y el triunfo final del Capitalismo sobre el Comunismo en la última década del siglo XX.

Lo que no difunden en sus manifiestos es que su raíz principal es la Revolución protestante y, especialmente, la calvinista del siglo XVI que puso a toda Europa en guerras interminables. Tampoco mencionan la guerra revolucionaria de las colonias americanas contra la metrópoli, ni la Revolución Francesa, ni las guerras napoleónicas, fundadas todas ellas en la Ilustración. Se olvidan también de la Revolución Industrial que esclavizó a los obreros y determinó la emergencia del Comunismo en el formato brutal del siglo XX. No mencionan tampoco el peso de toda esa modernidad ilustrada en la génesis de las guerras mundiales del siglo XX, en la guerra civil española, en la de China, etc., etc.

Da la impresión, al leer sus manifiestos, que todos esos terribles eventos cargados de muerte y destrucción no tienen nada que ver con la historia de la ideología que proclaman para salvar al mundo actual y hasta al mundo futuro, hermanado su humanismo con el modernismo.

Al respecto, en su Manifiesto humanista III del año 2000 afirman lo siguiente: El humanismo moderno eclosionó durante el Renacimiento. Contribuyó al desarrollo de la ciencia moderna. Durante la Ilustración hizo germinar nuevos ideales de justicia social e inspiró las revoluciones democráticas de nuestro tiempo. El humanismo ha colaborado en la construcción de una nueva perspectiva ética, que subraya los valores de la libertad y la felicidad, así como las virtudes de los derechos humanos universales.

Al caer el muro de Berlín en 1989 con el triunfo final del capitalismo éste quedó como el modelo económico definitivamente implantado sin oposición efectiva de ningún tipo. En dicho Manifiesto del año 2000 reconocen una creciente concentración de poder y riqueza en manos de las corporaciones globales que están en condiciones de ignorar olímpicamente los deseos de los gobiernos individuales al formular sus políticas, pero aunque tengan soluciones para el resto de problemas que exponen, en este caso hay que hacer una excepción: Cualquier intento de dirigir estos asuntos, pero que restringiera la operatividad del libre mercado, sería enérgicamente rechazado y además fracasaría.

Ya no hay ideología alguna que se oponga a la implantación definitiva de ese capitalismo a gran escala, ni, obviamente, ese humanismo planetario.

De hecho, ya su manifiesto de 1973 exponía que El mundo no puede esperar por la reconciliación de los sistemas políticos y económicos en pugna, para empezar a resolver sus problemas. […] Las diferencias ideológicas destructivas entre el comunismo, el capitalismo, el socialismo, el conservadurismo, el liberalismo y el radicalismo deben ser superadas.

Allí ya se apuntaba hacia una ideología única, la cual en el año 2000 ya se dio por hecho. Ahora bien, ¿qué empleo se les debía dar a todos aquellos militantes de izquierdas que habían sido derrotados con la disolución de la URSS?

Tengo la impresión de que a partir de ahí la izquierda quedó encargada de abandonar la lucha marxista de clases y dedicarse a la promoción de la ideología del nuevo humanismo en todo lo relativo al terreno “cultural”, lo cual va siendo significado con la expresión marxismo cultural.

Así, la izquierda aceptaría el capitalismo en toda su extensión y se dedicaría a promover el feminismo, la ideología sexual y reproductiva, el aborto, la eutanasia, la lucha de géneros, el ateísmo, el monismo materialista, el divorcio, la supresión de la familia tradicional, la educación sexual en la escuela, el derecho al suicidio, la disolución de los estados nacionales, etc., que es, efectivamente, buena parte de lo que está y ha estado haciendo casi de forma exclusiva desde el principio del siglo XXI.

En lo que se refiere al control público de la población, la experiencia de la izquierda en la gestión de los modelos totalitarios del estado es empleada y aprovechada en exceder las atribuciones que son propias del estado, incurriendo en ejercicios de poder directo sobre las personas. Por su parte, el capitalismo salvaje es permitido y fomentado por los propios estados que no ponen límite alguno a sus actividades.

De tal reparto de poderes, nos encontramos con que la mayor parte de la población está sometida a ambos como nunca antes lo había estado. Mientras las grandes corporaciones internacionales o multinacionales se enriquecen sin límites extrayendo la riqueza del conjunto de las poblaciones, los estados nacionales implantan condiciones de extracción de riqueza a esas mismas poblaciones por medio de sistemas de impuestos abusivos que, de momento, tienden a ser del 50% del PIB en las naciones occidentales.

Obviamente, el retorno a la población de esos impuestos abusivos en términos de bienestar y seguridad económica, a medio o largo plazo, tiende a ser muy inferior a lo que la población debería recibir por lo que paga. La enorme clase política y burocrática de las naciones vive bastante bien por medio de esos impuestos.

Ahora bien, debemos examinar algunos de los presupuestos antropológicos y filosóficos de dicha ideología y el primero de ellos es que se postuló en el año 1933 como una religión de la humanidad y con mayor claridad como una ideología atea en los años 1973 y 2000.

El culto al ser humano como ente abstracto que afirma profesar dicha ideología, que habla de la Humanidad en términos de la familia humana, equivale a especificar exclusivamente lo que todos los miembros de la especie tenemos en común, desechando la ingente cantidad de diferencias culturales y de todos los tipos que nos identifican a todos y cada uno de nosotros.

Cualquier ser humano desprovisto de todo menos de lo común a la especie queda desprovisto de su identidad, no solo individual sino de cualquiera de las múltiples pertenencias que le definen, es decir, queda reducido a un cierto porcentaje de su código genético, lo cual, equivale a quedar radicalmente deshumanizado.

Adorar una abstracción indefinida como el nuevo dios del humanismo ateo es, sin duda, una religión tal como ya fue criticado hace muchos años, pero es una religión nihilista como nunca ha habido otra igual.

Se trata del culto a la nada en que queda el ser humano desprovisto de patria, nación, familia, raza, género, cultura, mentalidad, personalidad, creencias, y cualquier otro factor distintivo con el que una persona pudiera identificarse o ser identificada.

Sacar el común denominador de todos los seres humanos solo puede dar un resultado: nada.

¿Por qué adorar esa abstracción en vez de adorar al Dios cristiano, o adorar la vida, o al propio universo, o a cualquier otra deidad que pueda imaginarse?

El arte abstracto tiene como criterio firme e indubitable que nada de lo que contenga la obra artística pueda ser extraído de la realidad, ni que un solo detalle de la misma pueda inducir a pensar o recordar algo real. Se trata de un criterio anti-real.

La ideología humanista es equivalente en su principio más notorio, pero en este caso, no se trata de producciones humanas, sino de seres humanos a los que hay que desproveer de realidad de forma radical.

¿Qué tienen en común todas las obras producidas por la abstracción artística? Su absoluta privación de realidad.

El término ideológico al que remite semejante destrucción es el de la igualdad, pero no el de la igualdad ante la ley o en cualquier otra cuestión objetual en el modo de tratar a los seres humanos, como puedan ser los derechos, etc., que también aparenta serlo, sino de una igualdad ontológica y sustantiva debida a todas las privaciones que puedan efectuarse sobre las personas hasta acceder a la privación total de sus respectivas identidades.

Esa ideología humanista que presume de ofrecer un futuro de bienestar para el conjunto de la humanidad, aparte de jugar al totalitarismo absoluto, no esconde sus presupuestos ni sus dogmas al respecto de cómo percibe al ser humano ni de cómo quiere que funcione.

Establece un materialismo filosófico radical de principio, en términos de un monismo materialista por el que el ser humano es y solo es un organismo material. No hay nada mental en él, no posee nada psicológico, sino solamente actividades neurofisiológicas.

Por supuesto, dentro en ese mero cuerpo humano, carente de mente, no hay nada que pudiera ser considerado de tipo espiritual, lo cual podría ser considerado como una mera opinión si no fuera porque afirma que dicho monismo está fundado en el conocimiento científico.

En general, ese humanismo dice fundar todos sus dogmas en la ciencia tal como la especificó el primer positivismo lógico de Augusto Comte. La ciencia ha descubierto que Dios no existe, que la mente humana no existe, que el alma no existe o que lo único que existe es la naturaleza tal como la estipule la propia ciencia. Cualquier otra idea que no sea sostenida por la ciencia carece de cualquier referente real.

Pero es que la ciencia de verdad no dice nada de todo eso. De hecho, lo que plantea la ciencia es que solo puede decir algo de aquellas cosas que ella, con sus métodos concretos, puede investigar, lo cual, obviamente reduce el campo de sus descubrimientos a las cosas materiales.

El método científico es el que impone sus limitaciones de principio a lo que puede conocer, pero en ningún caso contiene ningún criterio al respecto de que exista, o no, aquello que la propia ciencia no puede investigar.

De ahí que es una falacia afirmar que solo existe lo que la ciencia investiga, y una auténtica barbaridad confundir los presupuestos científicos con una definición de la propia realidad.

¿Quién ha demostrado que solo existe la materia? ¿Quién ha demostrado que el ser humano carece de mente?

Los humanistas defienden lo que el epistemólogo materialista Mario Bunge ha afirmado con su monismo materialista pronosticando que algún día todos los hechos y procesos psicológicos serán identificados como procesos estrictamente neurofisiológicos, pero por más que se ha estudiado o se estudie el cerebro, lo más que se podrá concluir es que el sistema nervioso central es un sustrato neurofisiológico de la actividad psicológica, no que ese sustrato sea todo lo que hay.

No obstante ese humanismo planetario habla de cosas como la llamada educación, el enriquecimiento cultural, el estímulo intelectual, la educación moral, lo racional, la ética, la existencia de actitudes espirituales, y hace uso de un sinfín de términos similares que emplea en sus manifiestos divulgativos. Incluso afirma que el total de la personalidad es una función del organismo biológico que se desarrolla en un contexto socio-cultural, pero sin definir ni física ni biológicamente qué es eso de un “contexto socio-cultural” dado que solo hay materia.

Otro aspecto principal de dicha ideología es su defensa a ultranza de la tecnología, a la cual considera como un elemento vital para el desarrollo y progreso humano sin admitir restricciones de tipo ético. En concreto afirma que Resistiremos cualquier movimiento que busque censurar la investigación científica basándose en consideraciones morales, políticas o sociales. Es obvio que la tecnología forma parte del poder y que no sería nada deseable que careciera de alguna limitación ética o moral.

En general, bajo el aparente fin de acabar con todas las discordias internas que ha tenido o pueda llegar a tener la humanidad, para acceder a la paz y amor universales, opta por suprimir toda posible diferencia entre seres humanos. Se trata de la justificación perfecta para la abolición de los seres humanos.

Su tesis es que si somos todos idénticos, no puede haber conflictos, pero es obvio que para acceder a ser todos idénticos solo cabe una solución que, sin duda, es una auténtica tragedia: convertir a la humanidad en nada.

Por otro lado, de esta ideología emana la promoción de las grandes migraciones que observamos hoy en día, la facilitación de los viajes fuera de los límites nacionales, el “conocimiento” de lo que hay más allá de los lugares en los que vivimos, etc. Se trata de una promoción de la des-localización y el desarraigo, lo cual parece tener bastante relación con eliminar la identificación de la persona con su lugar de nacimiento.

Ese humanismo anti-real es el que divulga la irreligiosidad, la promoción de la sexualidad, el derecho al aborto, al control de la natalidad, el divorcio, las variadas formas de exploración sexual, la educación moral para niños en las escuelas como forma de desarrollar la conciencia y madurez sexual, la eutanasia, el derecho al suicidio, la separación entre sexualidad y reproducción, etc., etc., todas ellas operando negativamente de forma directa o indirecta sobre la reproducción humana, al tiempo que fomenta las técnicas de reproducción artificial mediante el uso de la tecnología.

Lo cierto es que gran parte de todo ese programa sexual y reproductivo está destinado a la supresión de la reproducción natural y el control indirecto de la natalidad. Al Humanismo le preocupa extraordinariamente el incremento de la población mundial y ha optado por eliminarlo de manera indirecta mediante una revolución que promueve la eliminación de toda cultura precedente y de toda creencia precedente. Se trata de acabar con el hombre para acabar con la reproducción del hombre, pero no con la reproducción de esa minoría privilegiada.

Por último, estimula el incremento de las libertades civiles de los individuos mediante la implantación de derechos universales, lo cual podría considerarse algo favorable si no fuera porque, las reivindicaciones que las poblaciones efectúen a sus propios estados nacionales acerca de tales libertades, son o pueden ser el germen del que deriven múltiples conflictos artificiales internos que dañen a esos mismos estados nacionales.

En la actualidad, los grandes medios de comunicación están promoviendo dicha ideología en buena parte del mundo, asentando como nuevas costumbres poblacionales las premisas desde las que las personas perciban el mundo y a sí mismas. En sus manifiestos se quejaban de que los grandes medios no colaboraban lo suficiente, pero han dado la vuelta a eso y la mentira global está siendo propagada por los mismos como nunca antes hubo una propaganda semejante.

La comúnmente llamada globalización no solo es un totalitarismo que aspira a aglutinar en un único Estado mundial a todas las poblaciones de la tierra, transformando la ONU en una asamblea de pueblos segregados de sus respectivas naciones y cuya imposible delimitación remite directamente a la unicidad de la población mundial previamente diezmada, es que ese Estado asumirá todas las atribuciones que aún conservan los estados nacionales sin limitación de ninguna clase.

¿Qué reacciones están ocurriendo frente a la implantación de dicha tiranía genocida y destructiva de culturas, naciones, religiones, tradiciones y todo cuanto habíamos conocido hasta poco tiempo?

El mundo está quedando dividido en dos partes irreconciliables. Por un lado está la población mundialista que juega a favor de la misma, desde dentro de sus propias naciones actuales, y por medio de todos los partidos políticos que llevan a cabo los programas económicos y culturales de ese Humanismo en los Parlamentos y gobiernos de esas mismas naciones.

Por otro lado, se encuentra esa parte de la población tradicional, conservadora y amante de sus respectivas patrias que ha empezado a organizarse políticamente desde hace pocos años y que se opone con cierta fuerza a su propia destrucción.

Ahora bien, el choque entre ambos grupos de población está teniendo muchos escenarios distintos y diferentes formas de enfrentamiento, incluyendo guerras extremadamente cruentas.

La denominada “Primavera árabe” que afectó en mayor o menor grado a la práctica totalidad de los países árabes y de forma muy sangrienta a Túnez, Libia, Egipto, y sobre todo a Siria, ha sido atribuida, por lo general, a un levantamiento espontáneo de la sociedad civil contra regímenes autoritarios exigiendo nuevos sistemas democráticos de gobierno, el respeto a los derechos humanos, etc.

Lo cierto es que dichos levantamientos no solo han sido parcialmente  financiados con dinero procedente del exterior de dichos países, sino que el cerebro revolucionario de los mismos fue el recientemente fallecido Gene Sharp de nacionalidad estadounidense y profesor de Harvard.

Sharp fundó la Institución Albert Einstein, una ONG destinada a promover revoluciones no violentas para «democratizar el mundo» y es autor de publicaciones como el libro La política de la acción no violenta de 1973 en Boston. Además, distribuyó gratuitamente a través de internet su Manual para una revolución sin violencia, publicitado a través de un documental emitido en RTVE-2, y en el que fueron formados los agitadores revolucionarios directamente por su autor.

Tales revoluciones denominadas no-violentas ya han generado millones de muertos  en guerras civiles, por lo que dicha denominación no solo es un eufemismo sino la ocultación de su carácter profundamente destructivo de las naciones en las que se aplican.

Dicho manual ha sido y sigue siendo el que siguen los revolucionarios en Cataluña para destruir la integridad territorial del estado español que, al parecer, está teniendo un importante respaldo en el exterior, incluyendo el dudoso papel jugado por la ONU al respecto de la supuesta defensa de los derechos humanos de los golpistas frente al estado español.

Los movimientos del monopolio mundialista para el debilitamiento de los estados nacionales tienen muy poco de pacíficos y manifiestan una creciente hostilidad cuando la población globalista hacia la población tradicional que se resiste al cambio va creciendo de un modo acelerado, lo cual ofrece muchos datos en casi todos los países occidentales.

En EEUU, el Partido Republicano, aunque de forma poco cohesionada se está oponiendo a las políticas globalizadoras  llevadas a cabo por el Partido Demócrata. La hostilidad con la que los medios de comunicación afines a éste están tratando a los representantes políticos republicanos no tiene antecedentes en dicho país, y la división nacional está llegando a su punto álgido.

En Europa está ocurriendo algo similar en diversos países como Austria, Hungría, Italia, Francia, Alemania, etc., y, en España, hay que destacar la reciente entrada de VOX en el Parlamento de Andalucía con un programa político cuyos puntos más relevantes destacan por la defensa de la nación y de la cultura tradicional española frente a su desaparición por efecto de la globalización.

La reacción de los partidos favorables a la globalización que incluye a todos los partidos de extrema izquierda, los separatistas y hasta los de centro izquierda, ha sido un auténtico espectáculo. Insultos a sus votantes, designaciones y calificativos absurdos de dicho partido, cordones sanitarios, acusaciones de inconstitucionalidad, de ser anti-demócratas, fascistas, etc.

Lo cierto es que dicho partido asume la defensa de la nación española, su unidad, su supervivencia, la coexistencia entre las diferentes regiones, la cultura tradicional, etc., y se opone de modo asombrosamente exacto a la mayor parte de los contenidos de los manifiestos humanistas que, en última instancia, constituyen una seria amenaza para la humanidad y para los seres humanos.

El auge de VOX en gran parte de España está asociado al sentimiento común experimentado por sus votantes de participar democráticamente por vez primera después de muchos años,  sintiéndose identificados en sus ideas, actitudes y creencias, por un partido político que los representa.

Ahora bien, la mayor parte del resto de partidos y los grandes medios de comunicación han aplicado el término populismo a dicho partido, que parece equivalente a una especie de fraude democrático o un engaño a la población en el cual no caerían los partidos políticamente correctos que componen el sistema establecido en la actualidad.

Lo cierto es que todos ellos han estado practicando políticas en sintonía con la mentira global y efectuando promesas electorales que sistemáticamente han incumplido, lo cual los convierte en fraudulentos de hecho y no solo por interpretaciones complejas.

Lo de VOX se parece mucho más al ofrecimiento que hizo Winston Churchill a la población, británica prometiendo “sangre, sudor y lágrimas” para afrontar una guerra de muy dudoso resultado, que al hedonismo que regala a toda la población el globalismo mientras la convierte en nada.

[i] Las citas en cursiva proceden  del Manifiesto Humanista II (1973) firmado por KURTZ, P y WILSON, E.  H.

22 Comments
  • Francisco on 01/01/2019

    Así es Carlos has descrito a la perfección lo que ocurre y además con sus orígenes históricos la verdad es que a mí me produce temor y dudas sobre la postura a adoptar si es que la hay. Muchas gracias por el artículo

    • Carlos J. García on 02/01/2019

      Creo que en asuntos tan relevantes siempre se tiene alguna postura y es muy importante descubrirla. Un saludo y gracias por tu comentario.

  • Teresa2098 on 01/01/2019

    Creo que no se puede expresar más claramente el origen del hartazgo de gran parte de la población. Gran publicación, enhorabuena.

  • concepcion garcia pascual on 02/01/2019

    muchas gracias por este articulo
    aunque hay muchas cosas que no pillo…..
    creo que he comprendido la idea general

    • Carlos J. García on 02/01/2019

      Me alegro de que te haya gustado. En cualquier caso si quieres que intente resolver algunas de las dudas que tienes, dímelo. Gracias por tu comentario

  • jose luis custodio lopez on 02/01/2019

    Muchas gracias por ayudarme a comprender lo que está sucediendo. Un artículo magnífico

  • Miguel Carasatorre on 03/01/2019

    Felicidades! Gran artículo, necesario divulgarlo… Cuando se vota a VOX, en realidad se vota a la defensa del ser humano.

  • Alfredo on 04/01/2019

    Impresionante articulo Carlos. A mi lo que me resulta difícil de asimilar es la gran resistencia al cambio de las personas incluso después de ser expuestas a la verdad, incluso después de haber aportado muchos argumentos que demuestran que lo que sustentan está equivocado. Por ejemplo, a muchas de mis personas cercanas (compañeros de trabajo, amigos, etc.) me es imposible hacerles entender la injusticia que comete la ley de violencia de genero con los hombres. Les explico una y otra vez que no tiene precedente que una ley trate de diferente manera los delitos cometidos por uno u otro sexo. Pero ellos siguen justificando, siguen priorizando los derechos de unos cuantos (en este caso, de la mujeres, o de algunas mujeres) por encima de un valor universal como es la justicia, que la presunción de inocencia, que se estudie cada caso individual y se haga justicia.
    Y como este ejemplo, podría poner muchos más, en los que defendiendo posturas impopulares se me observa como si fuera un bicho raro, como cuando pongo en duda valores como el de la solidaridad y la tolerancia. Sin duda dos de los valores más importantes que tiene por bandera ese humanismo del que habla Carlos.
    Me pregunto: ¿Por que hay tantas personas que son incapaces de ver la verdad? Me resisto a creer que todas ellas formen parte de esa gran conspiración mundial para acabar con el ser humano. Pero su resistencia al cambio y a querer ver y entender la realidad me hace ponerlo en duda.
    Al final como tu dices Carlos parece una gran guerra entre dos bandos antagónicos en donde una solución pacifica parece imposible. ¿Cómo se puede luchar para que tantas y tantas personas salgan de su engaño?
    Un saludo a todos y perdonad si no me he explicado de la mejor manera.

    • Carlos J. García on 04/01/2019

      En un artículo de 1999 titulado «Vivir contra la verdad» Julián Marías afirmaba lo siguiente: “Cuando alguien vive sobre ideas y creencias de cuya falsedad está convencido, siente que la presencia de la verdad destruye ese fundamento y con ello su «contra vida», porque la inautenticidad es el modo de «no ser» de la vida humana.”

      Por lo general, cuando la gente cree que su propia vida depende de saber y creer la verdad de alguna cosa, entonces le importa mucho la verdad, pero si cree que saber y creer la verdad de algo puede perjudicar su vida o su modo de vida, entonces prefiere vivir contra la verdad.

      Cuando discutes con una persona que vive contra la verdad por defender su estilo de vida o cualquier otra cosa que le interese mucho, ella te percibe como un enemigo que de algún modo quiere dañar su vida y se opondrá enérgicamente a creer la verdad de la que se trate.

      Lo asombroso de todo esto es que la verdad es imprescindible para vivir. No se puede vivir percibiendo un plato de comida cuando en realidad hay una cobra preparada para morderte. No obstante en la época en que vivimos hay muchas áreas de la realidad que pueden ser sustituidas por irrealidades y mentiras sin que eso dañe la propia vida, e, incluso, como ocurre en terrenos ideológicos, acatar ciertas creencias falsas favorece vivir o seguir viviendo acatando al poder de turno.

      Dicho en otros términos hoy en día vivir contra la verdad puede resultar muy lucrativo, mientras vivir conforme a ella suele pasar una elevada factura económica aunque sus daños culturales, psicológicos, sociales y de otras áreas no materiales puedan resultar devastadores, pues lo que se amplía es el terreno de «no ser».

      Muchas gracias por tu contribución Alfredo.

  • Miguel on 08/01/2019

    Lo más difícil de todo es conseguir que alguien se lea el artículo… Es terrible al nivel de superficialidad al que se ha llegado, y habló de personas teóricamente letradas. Cuando se obra el milagro y alguno lo lee, afirma que está de acuerdo con el fondo pero vuelve a sumergirse en la comodidad de lo cotidiano. Pocos son los que profundizan y menos los que se atreven a aceptar la nueva visión.

    • Carlos J. García on 13/01/2019

      Cierto, si bien la cuestión es ponerlo a disposición de posibles lectores para darles la oportunidad de leerlo. El resto depende de cada uno de ellos. Un saludo.

  • Francisco Javier Guerra Parra on 08/01/2019

    Muchas gracias Carlos por el artículo, por el blog y en general por toda tu obra. Aparte de leerme todas las entradas del blog me he leído «el psicólogo» y «la gran aventura del yo». Aprendo una barbaridad y comparto tu enfoque de la realidad. Un saludo.

    • Carlos J. García on 13/01/2019

      Me alegro mucho de que coincidamos en una perspectiva tan importante y te agradezco tu interés y tu perseverancia. Un saludo.

  • María Miquel Casares on 09/01/2019

    Hola Carlos. Gracias por tratar este tema . La tv esta bombardeando constantemente con todos estos temas y es de gran ayuda recibir información de otro tipo que invite a investigar y entender el origen y fondo de la cuestión.
    A mí lo que me cuesta entender es porque los partidos políticos españoles están interesados en este nuevo orden mundial. ¿Que ganan ellos con esa globalización humanista? No parece que formen parte de esa pequeña élite con concentración de poder que dirigiría el «nuevo mundo». Supongo que incluso están destinados a desaparecer, pues ya no tendrían sentido sin una nación que defender.
    Otra cosa que en la que me hace pensar tu artículo es la relación de ese movimiento humanista y la psicología actual.¿ Estan totalmente en sintonía las terapias psicológicas actuales con esos ideales anti humanos e igualadores…?¿esta todo al servicio de esa ingeniería social humanista?¿ O puede que algún psicólogo haya aportado algo al conocimiento del ser humano desde que comenzaron las alternativas al psicoanalisis y la modernidad?
    Ve que ideas como el aquí y ahora, el ser humano que construye su conocimiento y la realidad, que los problemas del ser humano dependen del contexto, que todo comportamiento es adecuado desde la perspectiva del sujeto….encajan perfectamente con todo lo que explicas sobre la destrucción del ser y la realidad.
    Pero hay otras interesantes que abren puertas a pensamientos interesantes sobre el ser humano y el origen de sus problemas psicológicos. Pero como están todas mezcladas… es complicadisimo entender que estan diciendo realmente las actuales teorías psicológicas.
    También las series y películas están continuamente promocionando las ideas políticamente correctas que mencionas (homosexualidad, familias anti tradicionales, eutanasia…)
    El panorama es desalentador y difícil de entender desde mi punto de vista. Hay que tener muchísimos conocimientos históricos y filosóficos, y todo suena a conspiración de película…por lo que es normal que cuando alguien dice algo de este tipo, los amigos y conocidos rápidamente descarten la opinion por extrema, conspiranoica o descabellada,..o políticamente incorrecta.
    Siento irme tanto por las ramas. Pero gracias por el espacio de opinión y por el empujón que me has dado para investigar más sobre vox y su programa político.
    Saludos. Maria

    • Carlos J. García on 13/01/2019

      No solo es la TV ya que el mensaje va calando a base de la propaganda implacable con la que difunden sus dogmas y son muchas las personas que creen en él. La pena es que son dogmas totalmente exentos de argumentos racionales y evidencias, y que no pueden ser discutidos ni discutibles. Es una dictadura del pensamiento.

      El poder de esa élite es enorme y de ese poder dependen millones de personas que están dentro de las naciones, los parlamentos, las universidades, y que pueden encontrarse en cualquier puesto, cargo o profesión.

      En cuanto al estado actual de la psicología me parece que también está bajo el dominio de dogmas implacables desde hace muchas décadas y muy dirigida políticamente desde la nueva ideología global. No obstante, debemos suponer que también hay psicólogos cuyas aportaciones personales sean discrepantes.

      Respecto al asunto de la conspiranoia si te interesa puedes leer uno de los artículos de este mismo blog que se titula “¿Qué es la conspiranoia?”.

      Gracias y un saludo.

  • Ignacio Benito Martínez on 13/01/2019

    Sinceramente me pregunto: ¿Qué ganan muchas personas apoyando este Golpe de Estado Mundial…? (como leí que se preguntaba más arriba). Y realmente creo que a nivel económico o personal, nada de nada… Eso sí, se llevan el placer de destruir la realidad del ser humano, que es sin lugar a dudas aquello que nos hace ser miembros de una especie… que tiene dentro de sí mismo la capacidad de razonar (cosa que nos diferencia, o debiera de diferenciarnos, de las demás especies animales) No tengo la menor duda de que se va cerrando cada vez más la posibilidad de «expresarse libremente», queriendo que las personas piensen todas lo mismo, (lo que dicen en los telediarios, las series, etc…) deshumanizando al ser humano y convirtiéndolo en un esclavo ideológico del poder, cosa que llevan siglos preparando… Esto es lo que les mueve, su objetivo final… Como bien has expuesto en artículos anteriores, llevan siglos pensando en cómo cambiar la manera de pensar de las personas (precisamente aquellos que han instaurado la democracia). Otra vez me viene a la cabeza el libro de Orwell (1984). Me encanta e ilusiona que haya gente que se oponga a esta tiranía mundial…

    • Carlos J. García on 21/01/2019

      Aquellos que se suben al carro del poder tienen la vida mucho más fácil que los demás en todos los sentidos. ¿No te has fijado que cuando un movimiento político o económico va hacia arriba genera un efecto llamada en muchas personas que previamente estaban al margen de él?
      Otra cosa es si los arribistas comulgan o no con la ideología y los fines propagados por ese poder. A gran escala podrá haber una gran diversidad de personas al respecto, pero, por regla general parecen importar menos que los beneficios sociales y materiales que consigan. Gracias por el comentario.

  • Nacho on 15/01/2019

    Hola Carlos. Impresionado con este artículo. Varias cosas de las que indicas no las conocía. Aunque ya te habías referido a este golpe de estado mundial anteriormente, en este artículo aportas nueva información que explica mejor esta tesis.
    A mi me había llegado información relacionada por otras fuentes (Jordan Peterson, Michiko Kalutani en su libro ‘The death of truth’ y otros).
    La fuerza de este movimiento es imparable.
    Hoy se ha tumbado el preacuerdo del brexit. Con independencia de que no era el mejor acuerdo, el parlamento británico ha preferido la incertidumbre de una salida no regulada, o un nuevo referéndum, a aceptarlo. Por amplisima mayoría.
    Por su actualidad merece destacarse este hecho. La recuperación de soberanía no es posible. Ni siquiera en UK. Y este caso lo conozco bien.
    Hoy mismo también hemos asistido a un ataque injustificado a un gobierno legítimo en Andalucía movilizando a todo el sector feminista en la investidura. Nadie, absolutamente nadie sabe que VOX proponía seguir defendiendo a la mujer, pero también al varón y demás miembros familiares. Mienten como bellacos. Ni siquiera aquí en Inglaterra lleno de fake news sobre vox, ni siquiera ‘el mundo’ quien les califica de ultras. Leí sus 100 medidas y estuve de acuerdo en 94 de ellas. Medidas que hace 20 años podría haber firmado el psoe. Moderadas y centristas y llenas de sentido común.
    Tres factores importantes destacaría .
    1. No hay estamento que se salve del poder del dinero, ni siquiera el científico (lo del cambio climático, por ejemplo, es muy deprimente pese a las evidencias contrarias) .
    2. El mayor poder de este movimiento reside en que la inmensa mayoría de la gente ha renunciado a pensar, ha incorporado como identidad personal los presupuestos detrás de esta ideología y por tanto los propaga y defiende con un hooliganismo propio de una secta. Por parte del poder sólo tiene que esperar sentado al cataclismo que pretende ocasionar. Muerto el individuo sólo queda el grupo.
    3. El término conspiranoia (no recuerdo ahora tu artículo al respecto) , afortunado indudablemente, hace mucho más daño a los integrantes de la secta que a los que se mantienen independientes. No se trata tanto de desprestigiar otras ideas ‘disidentes’ sino de mantener ‘a salvo de ideas subversivas’ a sus integrantes. Si esto es una nueva religión como dices, se aplican los mismos métodos : miel para el nuevo acólito e inquisicion para el discrepante. Lo nuevo, e interesante, es que no hace falta designar tribunales específicos : todo nuevo miembro es inquisidor. Porque lo que ha cambiado es que el individuo ha muerto y toda su identidad moral y principios son las del grupo.

    Felicidades por este artículo. Y un abrazo Carlos

    • Carlos J. García on 21/01/2019

      La debilidad de las naciones va en aumento debido a la intensa división que se está produciendo en ellas entre mundialismo y patriotismo, y ya solo con eso gana el mundialismo, aunque en algunas batallas concretas no sea sí.
      Lo que está ocurriendo con VOX pone en evidencia muchas falacias de la izquierda y, especialmente, el supuesto carácter democrático de muchos de sus militantes. En mi opinión, los de VOX son quienes más limpio están jugando dentro de la Constitución y la Democracia.
      Estoy de acuerdo contigo en todo lo demás que expones. Gracias y un abrazo.

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