Blog de Carlos J. García

Si Marilyn no hubiera querido ser mujer. Mujeres que no quieren serlo

Imaginemos que la actriz y cantante Norma Jeane Mortenson (1926-1962), conocida por el nombre artístico Marilyn Monroe, icono femenino más relevante de la cultura sexual de Occidente en la década de los 50 y hasta su muerte, que dejó una huella simbólica en materia sexual aparentemente imborrable, hubiera decidido en algún momento de su vida efectuar un tratamiento quirúrgico y hormonal para cambiar de sexo y convertirse, por ejemplo, en una imitación morfológica de Charlie Chapín, de Groucho Marx o de cualquier otro varón con la esperanza de que todavía sería más querida o valorada de lo que era.

Pues bien, siendo una mujer blanca, rubia, y heterosexual, a día de hoy, en plena actualidad, se encontraría acomplejada por su impopularidad[1], por no ser víctima de nada, por no estar de moda y, en definitiva, por no ser mirada con buenos ojos, y siendo repudiada desde un marco perceptivo cada vez más generalizado, que induce a despreciarla y retirarle cualquier afecto de quienes la miren.

Siempre ha habido formas precarias de identidad personal en las que la persona se entrega como materia prima para cobrar la forma de un molde exterior en el que entra a formar parte. El problema es que esta modalidad de existencia humana se está multiplicando en las últimas décadas y convirtiendo en algo parecido a una plaga.

Generalmente, los problemas de identidad personal son más frecuentes en la adolescencia que en edades posteriores, pero en la actualidad se multiplica hasta niveles que indican la emergencia de un grave problema social.

Se trata de un síntoma de una enfermedad social epidémica con graves repercusiones en el desarrollo humano que tiene su ejemplo más ilustrativo en el campo de la transexualidad.

Investigado recientemente por Abigail Shrier y publicado en su libro titulado “Un daño irreversible”[i], la autora se refiere a una nueva moda que incumbe a la transexualidad, que atribuye a un contagio social, y que se produce entre las jóvenes adolescentes que efectúan o inician el cambio de sexo.

Dicha autora emplea la expresión contagio social para referirse a un tipo de influencia ejercida específicamente por los influencers online y por los pares, que animan a imitar un determinado comportamiento. En ambos casos contribuyen a generar incertidumbres artificiales del tipo de que una chica que no sea perfectamente femenina tiene una elevada probabilidad de ser transgénero, lo cual «explica» la disforia de género y promueve la obtención de tratamientos hormonales o cirugías de reasignación de sexo.[ii]

En cuanto a la incidencia de este fenómeno, Shrier ha descubierto que, desde 2007, Estados Unidos ha pasado de dos clínicas de género a más de 50, y entre 2016 y 2017, el número de cirugías de género en personas nacidas mujeres en los Estados Unidos se cuadruplicó. Con anterioridad a tales años sólo el 0,01% de la población norteamericana tenía disforia de género, pero en 2018, dicha frecuencia se había multiplicado doscientas veces en el número de estudiantes de secundaria americanos que declararon ser transexuales, la mayoría de ellos mujeres.[iii]

Ante este estado de cosas lo primero que debemos preguntarnos es por la causa o las causas de la denominada disforia de género.

Dickman y Livingstone en un capítulo dedicado a exponer las variedades sexuales existentes, dentro del texto de Woods[iv]  titulado La sexualidad humana en la salud y en la enfermedad, se define la transexualidad del siguiente modo: «Transexualidad. Los transexuales creen que ellos están en el cuerpo del sexo biológico equivocado. Pueden describirse a sí mismos como hembras, atrapados en el cuerpo de un macho, o como machos en un cuerpo de hembra. Su comportamiento debe ser visto desde la perspectiva interna de su sexualidad y no desde su sexo biológico…»  (pp. 27-28)

Lo cual parece hacer referencia a que tal vez se trate del deseo del niño o de la niña de “tener el género biológico que no es” o de detestar o renegar “ser del género del que efectivamente es”, lo cual no sería primariamente una alteración de la identidad personal propiamente dicha.

En tal sentido, es posible que el niño no crea ser niña, sino que percibiéndose como el niño que es, no quiera serlo y, en su lugar, desee intensamente tener cuerpo de niña, y viceversa. En este caso, habría que diferenciar la identidad personal como aquello que el niño cree ser, de alguna suerte de ideal del «yo» por el que, sabiendo qué genero biológico tiene, presenta la actitud contraria a tenerlo y favorable a cambiarlo. Tal vez se trate de un asunto no del todo aclarado.

De hecho, la principal pregunta que habría que contestar sería la siguiente: ¿en qué se fundaría la identidad de género si el niño o la niña hicieran preterición de cuál fuera su cuerpo? ¿Podrían distinguirse un niño de una niña y viceversa, a sí mismos, con independencia de su propio cuerpo y creerlo dentro de su identidad psicosexual? ¿Qué rasgos distintivos utilizarían al efecto? No obstante, habría que poner de relieve que, de ser así, el tema pasaría de ser un tema de la identidad personal de género, a una actitud preferencial por ser del otro sexo biológico sin problema de identidad psicosexual.

Entonces habría que saber qué es lo que causa esa disforia por la que la persona siente malestar con su sexo biológico y quiere cambiarlo para sentirse mejor. ¿Qué beneficios espera obtener si consigue cambiar la anatomía de su sexo de nacimiento?

Es más fácil entender un “Quieren que sea X en vez de Y” a un “Quiero dejar de ser Y para ser X, con total independencia de lo que otros quieran”. O del tipo: “Si tuviera un cuerpo del otro sexo las personas que me importan me aceptarían en vez de rechazarme”.

En uno de los casos expuestos por Abigail Shrier al que se refiere con el nombre Kristal se trata de una madre que había sufrido tres abortos espontáneos al intentar tener una niña, y que de su siguiente embarazo nació un niño (Kristal). Le comunicó a Shrier que cuando su madre tuvo un niño en vez de una niña le repudió y sufrió una infancia infeliz. A consecuencia de dicho rechazo, Kristal, sabiendo que desde una perspectiva biológica es varón, se siente mejor manifestándose como mujer.

Dicho repudio parece algo cruel pero la crueldad a la que puede acceder una madre de ese tipo puede llegar a ser espeluznante.

Un caso extremo de este tipo ocurrió en Brasil. Según informaron diversos diarios brasileños y de otros países sudamericanos, los resultados de la investigación policial del crimen, cometido el 31 de mayo de hace unos pocos años, contra el niño de nueve años Rhuan Maycon, por su madre y por la novia de ésta, aportan datos que van mucho más allá de un asesinato.[v]

El caso de Rhuan, es el de un niño secuestrado a los dos años, privado de su padre, de su domicilio familiar y del resto de relaciones familiares; desescolarizado, travestido a la fuerza, bajo un control férreo de su conducta con el fin de feminizarlo; castrado a los siete u ocho años mediante una operación quirúrgica doméstica con la única guía de un video de internet para convertirlo en transexual; confinado entre cuatro paredes durante años; padeciendo el odio constante materno; asesinado por su madre de la que recibió una docena de puñaladas mientras le sujetaba su amante; decapitado cuando aún estaba vivo; puesto su cadáver en una parrilla con la intención de incinerarlo; descuartizado y repartidos sus restos entre unas mochilas y una maleta que fue tirada a una alcantarilla, donde la policía los encontró.

El móvil de esta cadena interminable e inconcebible de violencia parece ser que la madre quería tener una niña en vez del niño que tenía, por lo cual hizo todo cuanto estuvo en su poder para convertirlo en niña y al no conseguirlo lo torturó, lo asesinó, lo decapitó, y, por pura y simple alevosía, lo quemó, lo descuartizó y tiró sus restos a una alcantarilla. Todo ello, al parecer, sin ningún indicio de arrepentimiento.

Por alguna razón que no conocemos a ciencia cierta, Rhuan Maycon soportó ese odio extremo sin ceder a las presiones que le exigían cambiar de sexo, lo cual le convierte en un auténtico mártir en defensa de la realidad sin que llegara a padecer disforia de género, pero sí los padecimientos extremos relatados.

El examen de una variedad de casos de transexualidad originada en la infancia conduce a la formulación de una primera hipótesis de su producción, que podría denominarse como transexualidad primaria en la que las madres juegan un papel determinante.

Por otro lado, nos encontramos con el otro tipo que describe Shrier que comienza en la adolescencia, fuera del ámbito familiar y, concretamente, en un contexto universitario «transexualista» o promotor de la transexualidad.

¿Por qué crecen el número y el porcentaje de adolescentes americanas que quieren cambiar de sexo?

Resulta sorprendente que en plena explosión de un feminismo tan poderoso como el actual cada vez haya más adolescentes mujeres que quieran ser hombres.

La pregunta es: ¿creen que se sentirán mejor siendo seres masculinos que siendo mujeres “inadecuadas”?

Por una parte tenemos un estado de cosas cultural en el que la identidad personal sustantiva está pasando por otra modalidad de epidemia que es la de su debilitamiento generalizado, al cual contribuyen, la intensa erosión de los principios reales que viene promoviéndose en Occidente desde hace décadas, el desarraigo familiar, la implantación de un fuerte rechazo a la autoridad parental, la atmósfera artificial creada por la plena revolución en materia sexual, etc., que incluso está dando lugar a un enfrentamiento entre la ideología transgénero con el feminismo radical, ya que éste cree que el sexo es la principal característica de la propia identidad.

Al margen de otros posibles tipos de análisis, la identidad personal puede estar compuesta de dos tipos de creencias: 1) las que se refieren a lo que uno mismo es, y 2) las que conciernen a aquello a lo que se siente pertenecer.

No obstante, ambos tipos de creencias pueden estar organizadas jerárquicamente, también, de dos formas distintas: 1) que las de ser imperen sobre las de pertenecer y, 2) que las de pertenencia se impongan sobre las de ser.

Vemos personas que tienen claras y firmes las creencias de aquello que son y que, por lo tanto, no hacen esfuerzo alguno para pertenecer a un grupo o alguna categoría, ni mucho menos, sacrificando su propia sustantividad para ser aceptados por una clase, categoría o grupo.

También hay muchas personas que están dispuestas a dejar de ser, a rehacerse, o a modificarse con tal de ser aceptadas dentro de un grupo.

Por otro lado, también se dan con frecuencia casos en los que la propia falta de definición sustantiva, que da lugar a una identidad débil, pobre o carencial, convierte, el deseo de pertenencia a algún grupo, en una necesidad imperiosa que debe satisfacer para disponer, al menos, de una identidad de pura y simple pertenencia.

Es obvio que, dicha forma de identificación conlleva un componente objetual muy intenso, ya que la propia persona asume el rol de ser objeto de aceptación o de rechazo por parte de quienes depende efectuar el correspondiente juicio.

Ahora bien, la ideología transgénero está consiguiendo que las lesbianas sean cada vez más denostadas, mientras que ser «trans» supone contar con una identidad de alto estatus.[vi]

De lo que se trata es de eliminar la distinción hombre-mujer fundada en las diferencias biológicas entre ambos sexos.

Otro componente fundamental, asociado al movimiento «trans», es la tremenda dedicación de recursos de todo tipo que las universidades más famosas de USA emplean en promover transiciones morfológicas de mujer a varón entre sus estudiantes.

A este respecto Shrier ha descubierto que el porcentaje de estudiantes que se declaran como miembros de la comunidad LGBT… es del 40% cuando lo cierto es que el porcentaje de personas que verdaderamente lo son está en torno al 10% de la población general. De lo cual se desprende que la valoración que dichos estudiantes esperan recibir por declararse LGBT es muy positiva.

Dichas universidades promueven multitud de actos sociales para la comunidad LGBTQ (como la de Yale que en septiembre de 2019 en dos semanas ofreció 18 actos sociales de ese tipo).

La promoción de cambios de mujer a varón incluye: agilizar los cambios de nombre femenino a nombre masculino; la distribución de hormonas transgénero incluidas en sus planes de salud; la cobertura en un alto porcentaje de ellas de la cirugía de género; la venta a un coste ínfimo de un tratamiento con testosterona para las mujeres; la puesta a disposición de los estudiantes de multitud de consejeros de salud mental listos para “ayudar” ante cualquier estado de tristeza o de malestar que tiende a ser explicado haciendo la suposición de que su causa consiste en ser trans…[vii]

 

En resumen, bajo dicha presión ambiental, por la que se incrementa la valoración del individuo que se declara trans por el grupo, mientras se reduce o desaparece la valoración de cualquier identidad más o menos consolidada, las estudiantes que necesitan ser bien valoradas para incrementar su autoestima, se lanzan a un cambio morfológico de masculinización como si de una cirugía estética se tratara.

¿Qué ocurrirá una vez materializado ese cambio si cualquier otra moda ideológica o cultural opta por otra variedad sexual como nuevo criterio de juicio de valoración social, o si se diera el caso de fortalecer su yo y desearan dar vuelta atrás?

El daño, sin duda, parece irreversible, de ahí el título del magnífico libro de Abigail Shrier.

Lo cierto es que la conformación de la voluntad de una persona, que toma como objeto el ser de esa misma persona, en algo tan estructural como es el sexo biológico, no puede emerger de causas internas de ella misma.

Una persona podrá querer corregirse en ciertos defectos, hábitos, disposiciones que hagan o le hagan daño, etc., pero resulta inconcebible que, sin causa exterior que opere sobre la voluntad, quiera hacer un cambio tan enorme en su propio organismo.

Alguien, un sujeto exterior con ascendencia sobre ella, un grupo social, un progenitor que no la acepta con su sexo de nacimiento, sus pares, o cualquier otra influencia con suficiente fuerza, deberá ser considerada como posible causa anterior de su disforia.

En el actual paradigma ideológico y social se define a grupos y clases de formas puras, bélicas y radicales, adoptando disyunciones extremas del tipo: “Si no cumples todos los requisitos del grupo no estás dentro, estás fuera, y, por lo tanto, o estás con nosotros o estás contra nosotros… o eres esto o eres lo contrario.”

Una persona que “necesite” fortalecer su identidad personal y lo intente por medio de pertenecer a un grupo, tendrá que someterse a cumplir todos los requisitos que tal grupo le imponga, pero, si no lo consigue, tratará de pertenecer al grupo de signo contrario y, también en ese caso, tendrá que verificar los correspondientes requisitos que le hagan sentir que forma parte de él.

Por otro lado, las presiones ideológicas que respaldan este tipo de cambios, y los medios materiales que se facilitan para hacerlos, agregan un plus de factores a favor de que se quieran efectuar. Si no fuera materialmente posible hacerlos, probablemente muchas de esas voluntades se debilitarían o ni siquiera existirían.

Nunca antes se había alcanzado un nivel tan bajo de identidad individual, ni una necesidad tan elevada de pertenencia a una categoría, para conseguir una identidad precaria. Este sería un síntoma más de la violencia contra el ser humano efectuada por la tiranía social e ideológica que padecemos.

 

 

[1] La popularidad consiste en ser aceptado en congruencia con el paradigma de un grupo.

[i]  SHRIER, ABIGAIL;  Un daño irreversible; trad. Mercedes Vaquero Granados, 2021; Versión electrónica de 2021; ISBN: 978-84-234-3298-1 (epub); DEUSTO, Centro de Libros PAPF, SLU; Bacelona, 2021; Versión a libro electrónico por Planeta.

[ii] https://www.forumlibertas.com/adolescentes-transexuales-hay-una-verdadera-moda-en-los-estados-unidos/

[iii] ibid

[iv] DICKMAN, GORDON L. y LIVINGSTON, CAROLYN A.; Sexual variation; en: Woods, Nancy Fugate; Human Sexuality in Health and Illness; Third edition; THE C.V. MOSBY COMPANY, St. Louis, Missouri, 1984

[v] https://www.periodistadigital.com/mundo/america-latina/20190627/rhuan-maycon-nino-degenerada-madre-lesbiana-castro-anos-despues-mato-noticia-689403899621/

https://www.tn8.tv/america-latina/478182-lesbianas-castran-descuartizan-y-queman-un-nino-en-brasil/

https://www.clarin.com/viste/pareja-mato-hijo-amputarle-pene-queria-nina_0_cKUHAcqDJ.html

https://maslibertad.com.co/feministas-asesinan-a-rhuan-maycon-brasil/

https://www.lavanguardia.com/sucesos/20190618/462946584220/pareja-lesbianas-brasil-mata-hijo-amputarle-pene-querian-nina.html

https://laverdadnoticias.com/crimen/Rhuan-Maycon-el-nino-CASTRADO-y-asesinado-por-su-madre-20190616-0097.html

[vi] Ver página 205 del citado libro de SHRIER.

[vii] Ver páginas  211-214 del citado libro de SHRIER.

 

10 Comments
  • Francisco Lozano on 06/02/2022

    Gracias Carlos me has hecho comprender este fenómeno que no me explicaba, que no veía.

    • Carlos J. García on 16/02/2022

      Se trata de fenómenos totalmente nuevos cuya explicación psicosocial es compleja.
      Gracias por tu comentario.

  • Raquel on 06/02/2022

    Hola Carlos. Muy valiente tu escrito. Hoy en día efectivamente, vivimos en una tiranía ideológica que no deja disentir sobre estos asuntos ni aunque estén científicamente contrastados.
    Un saludo, gracias por la aportación.

    • Carlos J. García on 16/02/2022

      Verdaderamente quieren edificar una civilización nueva que careza completamente de cimientos reales. Un castillo de naipes exclusivamente falsos, una estafa a escala mundial que invierte todo lo que de real tenía la civilización en la que nacimos y crecimos. Un mundo plagado de alucinaciones, delirios, actitudes suicidas, roturas de la sustantividad, creencias falsas, borrado de principios y todo aquello que dañe o destruya al ser humano tal como es por su naturaleza.
      Se ceban en niños, adolescentes y adultos jóvenes que, por su falta de formación de la personalidad, son susceptibles de ser la materia prima a la que moldear y convertir en simples elementos materiales a los que utilizar en un sistema tiránico sin marcha atrás.
      Con el enorme poder del que disfrutan, ¿cómo van a permitir que se divulgue aquello que se oponga a la consumación de sus fines? No obstante, y muy a su pesar, la resistencia acaba de empezar.
      Gracias por tu comentario.

  • Ignacio BM on 07/02/2022

    Sí, vivimos una tiranía ideológica en la que hay que pensar de acuerdo con el pensamiento moderno destructivo de la realidad del ser humano. Si piensas de manera diferente, tienes una losa encima de ataques que te demonizan como persona. Está complicado conservarse con una identidad fuerte. Además es todo grotesco, guarro y sucio.
    Todo encaminado a destruir al ser humano, de manera violenta en muchos casos, no dejando existir a las personas ni en los trabajos, con absurdeces continuas, etc. Y para colmo, hasta en lo más básico, que es el trabajo, hay que tragar con la absurdeces que nos proporciona.
    Lo que llaman el progreso es la destrucción del ser humano.

    • Carlos J. García on 16/02/2022

      Coincido en que su objetivo es, ni más, ni menos, la destrucción del ser humano, así que todos debemos aportar lo que podamos para que la tragedia no se llegue a consumar.
      Gracias por tu comentario.

  • concepcion garcia pascual on 08/02/2022

    gracias carloslo primero
    he leido acerca del libro y me tenia alucinada
    ahora me has aclarado mas las cosas
    gracias de nuevo

    • Carlos J. García on 16/02/2022

      El libro es muy bueno y vale la pena leerlo. Sobre todo porque todo lo que se impone en los Estados Unidos no tarda mucho en llegar a Europa y, sobre todo, a España. Conviene que las familias que tengan niños y adolescentes estén al tanto de aquello con lo que tendrán que lidiar a no mucho tardar.
      Muchas gracias.

  • Nacho on 14/02/2022

    Hola Carlos. Creo que tienes razón en el diagnóstico que haces. Una identidad personal indefinida, débil, cuyos datos se obtienen de un entorno social como el que describes, en lugar de los que emanan de la interacción independiente con la realidad, genera una disforia generalizada que es insoportable. Si a esas chicas les están diciendo que su angustia se deriva de estar en un cuerpo equivocado, las animan a cambiarlo y las premian por hacerlo, buena parte de ellas lo hará aunque no comprenda nada. Si les dijeran que su angustia se debe a cualquier otra cosa, harían lo que les indican con tal de librarse de ella.
    El ser humano es un animal de realidad pero antes que eso, es un animal que quiere existir. Si la salida a su precaria existencia se la facilitan por este camino, que las transforma con mutilaciones en quienes no son, lo aceptarán igualmente. Si se la facilitaran ayudándolas a forjar una identidad real no habría un solo caso de este tipo.
    Finalmente las madres que no aceptan el sexo de su hijo deberían perder automáticamente su custodia pues en el mejor caso, si en el resto de ámbitos le tratan bien, crearán en él o ella  la creencia de que está en un cuerpo equivocado. Solo este grupo en mi opinión podría ser diagnosticado de disforia psicosexual. El otro sufre de disforia estructural general y es carne de cañón para cualquier experimento que se haga con ellos como vemos en este caso.
    Así que estoy plenamente de acuerdo en lo que dices.
    Un abrazo y gracias por este estupendo artículo.

    • Carlos J. García on 16/02/2022

      Yo también estoy de completo acuerdo con tu comentario. Se habla mucho, en general, de la independencia y de la libertad de las personas y, en particular de las mujeres, y nos encontramos con todo lo contrario. En general, cada vez son más sociodependientes del grupo, de la valoración externa, de adquirir las creencias de moda, etc., sin que cobren conciencia de lo que tienen encima.
      Por otro lado, de todo lo expuesto del libro de SHRIER lo que más preocupa es que existan consejeros profesionales en las universidades que se dediquen a manipular a sus “pacientes” hasta el punto de meterlas en un proceso tan destructivo como el que se expone, sin tener en consideración cuál sea el verdadero problema de los síntomas que padezcan.
      También a ellos habría que retirarles toda posibilidad de hacer daño a quienes acuden a ellos pidiendo ayuda.
      Muchas gracias por tu comentario.

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