Blog de Carlos J. García

La tarea de elegir situaciones

Se atribuye a Juan Buridán, un rector de la universidad de París del siglo XIV, la formulación de una paradoja que lleva el nombre de «Asno de Buridán» que es descrita del siguiente modo:

 

«Un asno que tuviese ante sí, y exactamente a la misma distancia, dos haces de heno exactamente iguales, no podría manifestar preferencia por uno más que por otro y, por lo tanto, moriría de hambre.»

Sirve para mostrar el problema del libre albedrío, ya que cuando no hay ninguna preferencia no puede haber una elección.[i]

 

Aunque pueda parecer una circunstancia un tanto peregrina, hay conflictos de tendencias no resueltos, que pueden dar lugar a condiciones de bloqueo funcional equivalentes a intentos de materialización de contradicciones lógicas, lo cual puede perturbar de diferentes modos la propia existencia dada la reducción de fuerza del yo que ocasionan.

A continuación intentaré describir cómo abordar en la práctica circunstancias semejantes a la expuesta, según mi propia experiencia.

En primer lugar veremos algunos de los componentes que participan en ese tipo de conflictos.

 

1.- Análisis de la información disponible sobre cada una de las previsiones efectuadas para cada situación.

 

Elegir un camino para ponerse en una situación futura, en vez de en otra, requiere hacer acopio de la información disponible acerca de ambas. Dicha información, por lo general será insuficiente, dado que, de todos los factores causales que las determinen, solo podremos prever una cantidad limitada, siendo los demás imponderables.

No obstante, en este terreno hay diferentes niveles de información disponible, según sean las situaciones entre las que elegir. Hay previsiones que se efectúan con bastante grado de certeza y otras, sin embargo, se prevén con un mayor grado de indeterminación.

Es obvio que, cuanto más indeterminada sea la previsión de una situación más riesgo se producirá en cuanto a la ocurrencia de sorpresas, ya sean agradables o desagradables.

Esto se podría resumir en términos de que hay situaciones que se pueden calificar como aventuras, mientras otras pueden considerarse rutinarias.

 

2.- Criterios de valoración que la persona aplica para efectuar el contraste de valor entre las dos (o más) situaciones.

 

En este segundo apartado, la elección exige la supresión del libre albedrío, disponiendo de los criterios de valoración con los que medir dichas situaciones. Si se hace una relación desde lo más importante que esté en juego hasta lo menos importante, y luego se aplican dichos criterios por igual a ambas situaciones, generalmente saldrá un balance comparativo que facilitará la elección.

 

3.- Logros y pérdidas importantes que ocurrirán en cada una de las dos situaciones comparadas. El valor de las renuncias.

 

Un análisis de los logros y de las pérdidas que ocurrirán en una situación en contraste con la otra, implicará que lo que se obtenga con una se perderá al desechar la otra y viceversa.

No obstante lo anterior, por lo general la clave de las elecciones reside en reconocer el valor de renunciar a lo que no se elige. Si con una situación se gana algo más que con la otra, pero la renuncia a ésta tiene mayor peso negativo que la primera, entonces hay que atender más al peso de aquello a lo que se renuncia que a la importancia de lo que se obtiene. Dicho en otros términos, en general el problema que se presenta al elegir es el de que hay que renunciar a algo, a lo cual, es conveniente aprender ya que una fuerte actitud de oposición a las renuncias tiende a obstaculizar sistemáticamente la toma de decisiones en este ámbito. Si no se renuncia a nada, los problemas se multiplican.

 

4.- Comparación del valor del propio ser con el valor que se atribuye a dichas situaciones.

 

En relación con el punto anterior y, quizá sea lo más importante, hay que especificar un tipo de error que se suele cometer con mucha frecuencia. Se trata de minusvalorar el propio ser en comparación con el valor de las situaciones.

Pensemos en una persona con gran confianza en sí misma y dispuesta a afrontar las situaciones que la vida le presente. Dicha actitud es fundamental en todo este tipo de condiciones de elección pues lleva implícita una actitud de fajar reconociendo al propio ser una fortaleza  por la que no se verá especialmente perjudicado esté en la situación que esté.

Si, por el contrario, una persona da una importancia muy alta a las condiciones a las que se exponga, dando por supuesto que es muy frágil ante cualquier pequeña adversidad, está minusvalorando su propio ser y sobrevalorando el peso de las situaciones.

Por lo tanto, estará atribuyendo el papel de sujeto a las situaciones y se estará atribuyendo a sí misma el papel de objeto de las mismas, lo cual implica una negación de la propia sustantividad. Cuanto más valore esas condiciones exteriores más se infravalora a sí misma, lo cual, directamente le ocasiona daño a su propio yo.

 

5.- El juicio de la elección prevista desde el futuro, suponiéndola efectuada y también una vez efectuada.

Debemos reconocer que, tras haber tomado una decisión eligiendo un camino en vez de otro, no podremos juzgar nunca que el camino elegido fue un acierto o que fue un error. Podremos valorar mejor o peor la elección efectuada en función de la experiencia derivada de la misma, pero su contraste con la alternativa que desechamos es imposible.

Si elegimos un camino y nos fue bien, pensaremos que elegimos bien, pero como no sabemos lo que hubiera ocurrido en caso contrario, no podemos decir que habiendo elegido la alternativa, no nos hubiera ido mucho mejor.

Igualmente, si la experiencia de haber adoptado un camino juzgamos mal la elección, tampoco podremos saber si con la otra alternativa no nos hubiera ido mucho peor.

El hecho es que la alternativa elegida será vivida y experimentada mientras la otra se quedará en una mera idea, lo cual implicaría una comparación entre dos elementos incomparables.

 

6.- Las sorpresas

 

Dado lo anterior, hay que estimar la verosimilitud de las previsiones en términos de su probabilidad de ocurrencia cuyo margen se encontrará entre los límites 0 y 1, lo cual deja siempre la posibilidad de ocurrencia de hechos que no se han tomado en consideración.

Uno de los componentes más importantes de la vida reside en que contiene sorpresas producidas por situaciones nuevas imprevistas e imprevisibles, lo cual es componente fundamental del aprendizaje, del desarrollo personal y de la apertura al universo en el que vivimos.

Si todo fuera previsible la vida se reduciría a monotonía; el mundo experimentado se limitaría a un pequeño conjunto de situaciones repetitivas, y el descubrimiento de la realidad sería mínimo.

 

7.- La experiencia

 

No obstante lo expuesto, en general podemos decir que todas las funciones cognitivas humanas mejoran con la experiencia y, por tanto, con la edad, y en este factor se incluyen aprendizajes que no pueden darse de otros modos. De ahí que, tal vez, se pueda decir que tendemos a cometer menos errores de elección y de otros tipos cuando sabemos más de la vida, del ser humano, de las relaciones personales, etc., y contemplamos lo que vemos desde una perspectiva cada vez más amplia que la que teníamos anteriormente.

En la actualidad, el valor de la experiencia y la consideración de la edad son factores de la vida a los que se juzga de modo inverso a lo que realmente son, aunque, sin duda, la vitalidad para acometer aventuras y aprender es mayor cuanta menos edad se tenga.

En la vida elegimos continuamente y no podemos hacer de cada elección algo similar a un drama que limite la viabilidad existencial. Un bloqueo funcional es peor que una “mala” elección.

Lo que procede es poner el propio ser como factor prioritario del desenvolvimiento de la existencia.

 

[i] FERRATER MORA, JOSÉ; Diccionario de filosofía (Tomo I); Círculo de lectores; Barcelona, 1991 (p. 234)

9 Comments
  • Jesús Domínguez on 18/04/2021

    Buenos días Carlos y nuevamente gracias por compartir con nosotros esta reflexión, que sin duda, nos ayudará a seguir creciendo. Me parece muy interesante, a la vez que importante, que reflexionemos sobre cómo llevamos a cabo la toma de decisiones en nuestras vidas, para evitar que, ante la indecisión por valorar todas las opciones como iguales, no nos ocurra lo que al «Asno de Buridán» en nuestro caso con bloqueos funcionales. La indecisión paraliza al Ser. Me parecen muy acertados todos los pasos que describes a seguir en la toma de decisiones, haciendo especial mención al punto 4 «Comparación del valor del propio Ser con el valor que se atribuye a dichas situaciones» ya que, como bien dices, el error que se suele cometer es el de minusvalorar al propio Ser en comparación con el valor de las decisiones. Me quedo con lo que dices que debemos ser «persona con gran confianza en si misma y dispuesta a afrontar las situaciones que la vida le presente». Debemos aceptar que la vida es imprevisible, como algo fundamental para nuestro desarrollo personal y conocimiento de la Realidad, siempre con un Ser y un Yo fuerte, Sustantivo y con una Identidad Personal Real. Sin duda, la Realidad es el bien mas preciado de los Seres Reales. Conozcámosla y disfrutemos de ella en ella. Un saludo.

    • Carlos J. García on 19/04/2021

      Efectivamente, la indecisión, el escepticismo extremo, la duda permanente, los conflictos de tendencias, y otras actitudes similares, frenan la actividad natural de emisión de acciones y no suelen servir para mucho en la práctica, pero tampoco sería recomendable la impulsividad irreflexiva, o las elecciones a ciegas. Cobrar conciencia de uno mismo y de las posibilidades disponibles para elegir un camino puede aportar el equilibrio necesario para actuar de modo que el propio modo de ser se plasme en las conductas que van componiendo la propia vida, sin depender de presiones externas.
      Muchas gracias a ti.

  • Francisco Lozano on 19/04/2021

    Gracias Carlos por esta lección que emplearé para efectuar reestructuraciones sobre este tema ya que no realizaba ni un pequeño análisis.

    • Carlos J. García on 19/04/2021

      Creo que llevar a la práctica las sugerencias que expongo te puede aportar más conciencia, no solo sobre las alternativas posibles, sino también sobre ti mismo.
      Gracias a ti por el comentario.

  • Nacho on 19/04/2021

    Hola Carlos. Las decisiones son necesarias por tres razones: porque somos seres temporales, porque el futuro es imprevisible y porque tenemos consciencia. Un animal no toma decisiones, las toma la naturaleza por él mediante la activación de instintos.
    La naturaleza nos cede el gobierno al dotarnos de consciencia. Y el gobierno ES tomar decisiones dentro de los grados de libertad que nos concede. Por tanto no es posible no tomar decisiones y ser un ser humano a la vez.
    Obviamente, los grados de libertad en la toma de decisiones los marca nuestra naturaleza real. Tomemos la decisión que tomemos, seguiremos después formando parte de la realidad, que sigue sus propias leyes inmutables. De aquí se sigue que el criterio en la toma de decisiones no puede ser otro que aplicar el conocimiento de la realidad.
    Pero hay que admitir que si bien las leyes naturales que gobiernan los fenómenos son fijas y cognoscibles, y por tanto pueden en cierta medida predecir el futuro facilitando la toma de decisiones, las leyes sociales no lo son. De ahí que se haga difícil decidir en ámbitos de existencia social.
    Pero en entornos sociales anti reales, la toma de decisiones supone un salto al vacío mucho mayor que en sociedades sanas. De hecho, en una sociedad anti real puede ser más beneficioso para la propia supervivencia mentir, siendo esto el origen de su destrucción.
    La cuestión, como dices, es que pese a estas dificultades, uno no puede no elegir. Pero entiendo perfectamente la dificultad que decidir supone en un entorno así pues los escenarios teóricos que se abren tras una decisión son demasiado impredecibles.
    Un abrazo y gracias por este artículo tan necesario hoy.

    • Carlos J. García on 19/04/2021

      Estoy de acuerdo con tu comentario, si bien debemos diferenciar entre hacer previsiones o pronósticos para cada una de las alternativas posibles que comparemos, que son preparativos necesarios para efectuar la elección que proceda, de la elección propiamente dicha que es en la que pongo el acento en este artículo. En este caso es importante tener en cuenta no solo el conocimiento, sino también la valoración de las situaciones y la autovaloración.
      Muchas gracias y otro abrazo para ti.

  • Francisco J. Guerra Parra on 30/04/2021

    Qué buen artículo y comentarios. Muchas gracias a todos.

  • José Martínez Serrano on 31/05/2021

    hola Carlos, solo darle las gracias. ..

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